Por qué los agricultores españoles apuestan por la agrovoltaica: experiencias reales

Miguel Travieso

En los últimos años, la agricultura en España ha estado en constante evolución, y una de las novedades que más está llamando la atención es la agrovoltaica. Esta innovadora tecnología combina la producción agrícola con la generación de energía solar en un mismo espacio, permitiendo aprovechar el terreno de una manera más eficiente y sostenible. Pero, ¿qué está motivando a los agricultores españoles a dar este paso y apostar por esta alternativa? La explicación no es sencilla, ya que hay varias motivaciones entrelazadas, desde la preocupación por el medio ambiente hasta la búsqueda de mayor rentabilidad económica en un contexto de cambio climático y mercado agrícola cada vez más competitivo.

A continuación, analizaremos las principales razones que están empujando a muchos agricultores a adoptar la agrovoltaica, ilustradas con experiencias reales y casos de éxito que demuestran cómo esta tecnología puede ser clave para un futuro más sostenible y rentable en el sector agrario español.

La búsqueda de mayor eficiencia en el uso del suelo

Uno de los principales incentivos para los agricultores es la optimización del uso del suelo. En muchas regiones de España, la tierra agrícola tiene un valor importante, y los productores quieren aprovecharla al máximo sin sacrificar la producción de sus cultivos. La agrovoltaica permite plantar árboles, cultivos de sombra o incluso cultivos tradicionales debajo de las estructuras solares, logrando un uso múltiple del terreno. Esto no solo aumenta la productividad por metro cuadrado, sino que también ayuda a gestionar mejor los recursos y a diversificar la actividad agrícola.

Beneficios económicos y energéticos

La generación de energía solar en las mismas tierras que se usan para cultivar proporciona una fuente adicional de ingresos y reduce costes. La venta de electricidad a la red o su autoconsumo permite a los agricultores reducir su factura energética, un gasto que en muchas explotaciones es considerable. Además, los ingresos por la producción de energía pueden estabilizar los ingresos agrícolas, facilitando la planificación a largo plazo y amortizando inversiones en infraestructura verde.

Un ejemplo claro de ello es la experiencia de agricultores en Andalucía y Extremadura, quienes han instalado instalaciones solares en sus fincas y han visto cómo la producción energética ayuda a equilibrar los costes de explotación. Algunos agricultores también han combinado la agrovoltaica con actividades tradicionales, como la apicultura o la producción de fruta, beneficiándose de la protección que ofrecen las estructuras solares contra las inclemencias del tiempo.

Protecciones contra el clima adverso y la erosión

El cambio climático ha traído consigo eventos climáticos más extremos y frecuentes, desde sequías prolongadas hasta tormentas intensas. La agrovoltaica ayuda a proteger los cultivos frente a estas amenazas. Las estructuras solares ofrecen sombra y regulación térmica, favoreciendo un microclima más estable para los cultivos, lo que mejora su crecimiento y resistencia. Además, al reducir la exposición directa a la radiación solar y las lluvias intensas, se minimiza la erosión del suelo, un problema que afecta ya a muchas regiones agrícolas de España.

Por ejemplo, en la Vega del Guadalquivir, varios agricultores han reportado que sus cultivos de cereales y verduras muestran mejor vigor y menor estrés hídrico desde que incorporaron sistemas agrovoltaicos, logrando safisfacer su necesidad de adaptación a un clima cada vez más impredecible.

Contribución a la sostenibilidad y lucha contra el cambio climático

Cada vez más, los agricultores comprenden que la sostenibilidad no solo es buena para el planeta, sino que también tiene un impacto directo en la rentabilidad a largo plazo. La agrovoltaica reduce la huella de carbono y promueve un modelo agrícola más respetuoso con el medio ambiente, alineándose con las políticas europeas y nacionales de energías renovables y economía verde. La posibilidad de producir energía limpia en sus propios terrenos ayuda a disminuir las emisiones derivadas del uso de combustibles fósiles, además de potenciar la responsabilidad social de las explotaciones agrícolas.

Un caso que ejemplifica este compromiso es el de una cooperativa en Castilla-La Mancha, que combinó proyectos solares con cultivos tradicionales y logró recibir certificaciones de sostenibilidad, aumentando así su valor en el mercado.

La experiencia real: ejemplos que inspiran

Para entender cómo la agrovoltaica está transformando la agricultura en España, vale la pena escuchar a quienes ya están en el terreno. Algunos casos destacados incluyen:

  • La finca de Tomás en Córdoba: Un pequeño agricultor que, tras instalar paneles solares en su finca de olivos, no solo reduce sus costes energéticos sino que también comparte la energía con otras explotaciones cercanas, creando una pequeña red de producción y consumo local. Tomás cuenta que en épocas de sequía, las estructuras de sombra han ayudado a mantener sus olivos en buen estado, logrando mejores cosechas.
  • La explotación de María en Valencia: Participó en un proyecto piloto de agrovoltaica bajo estructuras de frutas cítricas. Ella destaca cómo la sombra ha ayudado a reducir la evaporación del agua y a mantener la humedad del suelo, minimizando los costes en riego y mejorando la calidad de sus cítricos.
  • La granja de Juan en Galicia: Un gran productor de leche y cultivos de maíz que integró paneles solares en sus tierras y fomentó la biodiversidad. Gracias a esto, ha obtenido beneficios económicos y ha mejorado la calidad ambiental de su explotación.

Estos ejemplos demuestran que la agrovoltaica puede adaptarse a diferentes tipos de agricultura y regiones, siempre con beneficios concretos y medibles.


En definitiva, cada vez son más los agricultores españoles que ven en la agrovoltaica una oportunidad real para hacer sus explotaciones más sostenibles, diversificadas y resistentes. La combinación de beneficios económicos, protección frente al clima y compromiso ambiental está haciendo que esta tecnología deje de ser una tendencia pasajera para convertirse en una estrategia imprescindible en el sector agrícola de nuestro país. Queda claro que, con experiencias reales que inspiran y consejos prácticos, la agrovoltaica tiene el potencial de transformar la agricultura en España en una actividad más moderna y consciente del impacto que genera.


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